Si queremos instaurar en nuestra empresa una cultura de marketing relacional para captar, mantener y desarrollar clientes, es necesario comenzar por el principio y trabajar desde abajo en nuestra organización. A continuación en este post observamos las tres claves para construir los cimientos de una empresa que mantiene relaciones a largo plazo con sus clientes.
La información es poder:
Para mantener una relación a largo plazo con nuestros clientes es imprescindible conocerlos. Para ello tenemos que recopilar la mayor cantidad posible de información sobre ellos, como por ejemplo: hábitos, gustos, necesidades, etc. El análisis de dicha información nos permitirá crear estrategias de diferenciación en nuestros mercados.
La herramienta que utilizaremos para conseguir este objetivo, es la base de datos, si es cierto que la gran mayoría de las empresas disponen de algún tipo de herramienta para la recopilación de datos, pero los problemas surgen en el momento que se realiza una mala clasificación o un uso incorrecto de esta información.
Nuestros empleados:
El talento y el compromiso son dos cualidades necesarias en los empleados de cualquier empresa, por ello los responsables de RRHH tienen una gran importancia en la organización, ya que tendrán que reconocer dichas características en las selecciones de personal.
Los trabajadores de nuestra empresa, deberán recibir por nuestra parte el mismo trato que deseamos que ofrezcan a nuestros clientes. Difícilmente un trabajador al que no se le trate bien, tratará a nuestros clientes de una forma excelente. Además, la lealtad de nuestros trabajadores ayudará a crear relaciones a largo plazo y por lo tanto la fidelización de nuestros clientes.
Expectativas de los clientes:
Una vez conocemos a nuestro cliente y disponemos de empleados leales, con talento y comprometidos, el siguiente paso es comprender cuales son las expectativas de los clientes respecto a nuestra relación, es decir que esperan de nosotros.
Normalmente las expectativas de nuestros clientes, se forman por: publicidad que realizamos, argumentos de venta de los comerciales o por referencias de otros clientes. Por ello es de vital importancia formular promesas que podamos cumplir, de lo contrario se vería deteriorada la relación y terminaría por romperse al no cumplir con las expectativas del cliente.
Establecer relaciones a largo plazo con tus clientes no es tarea fácil y requiere de esfuerzo, pero en un entorno competitivo como el actual, el mantenimiento y el desarrollo de nuestros clientes se han convertido en claves para el éxito empresarial.